Personalmente como conclusión he llegado a la síntesis de poder afirmar el tremendo papel que juega la motivación en el aula, siendo esta muy influyente en cuanto a la consecución con éxito de las tareas programadas y el logro académico, por lo que es esencial cuidar el ambiente que favorece la motivación, potenciando y llevando a cabo una serie de estrategias y principios que permitan mantener la motivación del alumnado y erradicar los factores que favorezcan la aparición de la desmotivación en el alumno.
Todo eso provocará así que los alumnos se interesen por los contenidos didácticos que se les vayan presentando en el aula, atendiendo a las explicaciones y participando activamente en el proceso de enseñanza, siendo así, el niño elemento activo de la propia docencia.
A todo ello habrá que entender también la motivación como una capacidad más de la personalidad del individuo que aunque no podemos crearla si podemos educarla y favorecer su aparición y desarrollo, pero que a su vez, exige una adaptación a muy distintos niveles y que para empezar a motivar a una persona hacia los estudios habrá que considerar su historia, sus gustos y motivaciones internas e ir poco a poco, sin pretender lograr grandes avances de inmediato puesto que contamos con unas tremendas limitaciones.
Hay que ser conscientes de que los cambios precisan tiempo, son lentos y para conseguirlos hace falta que las ayudas no desaparezcan y seanconstantes.